PRESS / STAMPA / PRESSE

 

Giancarlo del Monaco regista

« … del Monaco is a success and a revelation… »
Corriere del Giorno

« … Gian-Carlo del Monaco gave the proof that his name will be written in the operatic history of the 20th century… »
Orpheus

« … He came, he saw, he conquered… »
Tageszeitung

« … The most striking contribution to this emphatically successfull project (The Metropolitan Opera production of « The Girl of the Golden West ») would seem to come from the stage director Gian-Carlo del Monaco whose staging may be the most detailed, atmospheric version since the world premiere 81 years ago… del Monaco has given us the ultimate oxymoron : a thinking person’s, « Fanciulla del West »… »
The Los Angeles Times, Martin Bernheimer

« … With his pedigree, his vision and his backstage ebulliance, Gian-Carlo del Monaco proves himself a thrilling director… »
Time Magazine

« … (The MET production of) « Stiffelio » was given a striking production of Gian-Carlo del Monaco… »
The New York Times

« … Gian-Carlo del Monaco’s a staging (can be summed up) as many brilliant ideas flowing evenly one after another… »
Harmonie

« … Gian-Carlo del Monaco’s staging of « Carmen » is a sroke of genious… »
Die Welt

« … Is opera fading out in Europe, but at its peak in the United States ? Here is one man who thinks so and he should know. He is Gian-Carlo del Monaco.
Opera is in the middle of an expression in America. So the style of Europe cannot be the style of America (he says). Gian-Carlo del Monaco made his Metropolitan debut with « The Girl of the Golden West ». In 1993-1994, he staged « Stiffelio ». The public, critics and the Met’s management liked what they saw. Now the Met has hired del Monaco back for of this season’s four new productions… »
The Associated Press

« … The versability of del Monaco’s artistic temperament is truly amazing. His stage productions are a witness to a strong will of direction, tremendous musicality and a thorough familiarity with the phenomenon of opera which pulsates through his blood and nerves.
Whitout any doubt, he has to be considered as one of the chief protagonists of the European musical theater… »
Götz Friedrich

 

Giancarlo del Monaco direttore artistica – Sovrintendente

« … Gian-Carlo del Monaco has more sense of music in his little finger than any other General Manager in the world… »
Mattias Matussek, in Der Spiegel, Hamburg
In Kassel, Germany

« … Gian-Carlo del Monaco’s entrance (will insure that) theater life in Kassel will finally become exciting… »
Süddeutsche Zeitung, München
In Macerata, Italy

« … The General Manager del Monaco invites (all) to a fine festival… »
Tageszeitung, München
« … A big chance for the (Macerata) Arena, after years of falling behind in quality, there is the return of professionalism… »
Corriere Adriatico, Ancona

« … Finally a radical change : the programm is the proof of (del Monaco’s) new leadership… »
Il Resto del Carlino, Bologna
In Bonn, Germany

« … Be Happy, Bonn ! Gian-Carlo del Monaco : the new start at the opera… »
Wiener Zeitung, Vienna

« … Gian-Carlo del Monaco : whatever he touches turns into something marvelous… » Theater Rundschau

« … del Monaco and his team establish a new attendance record (in Bonn)… (their leadership) is truly confirmed… »
Rheinzeitung, Bonn

« … (del Monaco’s) conceptions have bloomed, an exciting brand of musical theater has been created… »
Bonner Rundschau, Bonn

« … The Bonn Opera offering was the only production whose singers, musicians and technical staff are to be fully praised in this years Vienna Festival… »
Der Kurier, Vienna

 

PRODUCTIONS

 

« Las Golondrinas », Teatro de la Zarzuela, Madrid, November, 2023

“Splendido allestimento del  capolavoro di José Uasandizaga.

La trama è molto interessante ed attuale poiché affronta il tema della prevaricazione maschile, della violenza di genere e con grande anticipazione l’incomunicabilità (…). Giancarlo del Monaco è riuscito mirabilmente a fare emergere tutto ciò da una trama che potrebbe essere il sequel dei Pagliacci, per il gioco del « teatro nel teatro » che si svolge nel secondo atto con la Pantomima in cui Colombina e Pierrot deridono e sbeffeggiano Pulcinella e perché Cecilia, come Nedda, è stata « raccolta dalla via » e, pure lei come le rondini, aspira a prendere il volo, alla fama e alla ricchezza, a sottrarsi insomma dalla vita raminga di una compagnia girovaga di saltimbanchi.

Spettacolo in bianco e nero, salvo l’esplodere dei colori durante la Pantomima resa con felice realismo da un gruppo di sette bravissimi giocolieri, di rara eleganza e massima attinenza, che ha consentito lo svolgersi fluido dell’azione senza senza interruzioni.”

Andrea Merli, « L’Opera », dicembre 2023

« Verista, fascinada por la bohemia del espectáculo y con un blanco y negro moral —como sus propios personajes—, volvió Las Golondrinas al Teatro de la Zarzuela.  Dirección de escena, turbia, decadente y brillante a partes iguales, corre a cargo de Giancarlo del Monaco, con una escenografía de William Orlandi que saca petróleo del vacío escénico trasero del escenario de La Zarzuela y un vestuario de Jesús Ruiz que parece una línea más del libreto de puro dramatismo. Se coquetea con la gestualidad del cine mudo, con la tristeza del payaso y con la bohemia decadente para complementar una partitura que ya de por sí es verismo en vena. Como ya pasase hace algunos años, la escena de la pantomima volvió a ser el momento más brillante de todo el montaje. No es solo por el despliegue físico, sino por la potencia del símbolo. El color aparece casi por última vez y la rutina melancólica se vuelve sonrisa ante un público ficticio. Al acabar, el público real de La Zarzuela aplaude a los actores que actuaban frente a la nada, como si fuésemos los amigos invisibles de cada personaje derrotado. Luego la grisura vuelve a adueñarse del escenario. »

Mario MUÑOZ, corresponsal en Madrid de ÓPERA ACTUAL

 

“Las Golondrinas”, un señor espectáculo

El Teatro de la Zarzuela ofrece una representación excelente de la obra de Usandizaga “Las Golondrinas”

Intérpretes: Gerardo Bullón, Raquel Lojendio, Ketevan Kemoklidze, Jorge Rodríguez-Norton. Javier Castañeda. Orquesta de la Comunidad de Madrid y Coro Titular del Teatro de la Zarzuela. W.Orlandi, escenografía. J.Ruiz, vestuario. V.Cheli, iluminación. G.del Monaco, dirección de escena. Juanjo Mena, dirección musical. Teatro de la Zarzuela. Madrid, 9-XI-2023.

Verdadero estallido de “Bravo” al bajarse el telón con las últimas notas de la obra de Usandizaga y muchos minutos de ovaciones a todos los artistas sin excepción alguna. Un éxito rotundo que se apuntó Daniel Bianco en la apertura de su primera temporada como responsable del Teatro de la Zarzuela y se apunta en la última junto a Isamay Benavente, su sucesora como responsable del teatro. Merecido, ya que puso toda la carne en el asador eligiendo una ópera española poco representada y encargando una nueva producción a un director de escena de la talla de Giancarlo del Monaco.

El regista se ha decantado claramente por apartarse del naturalismo, con una compañía ambulante de payasos, para adentrase en el neorrealismo en los dos primeros actos y en el expresionismo en el tercero bajo dos ideas generales básicas: la locura de los personajes que se mueven en condición de teatro dentro del teatro y, cómo no, el teatro mismo.

Predomina la escena en blancos y negros cinematográficos, que se tiñen de colorido –precioso el vestuario de Jesús Ruiz- en la “Pantomima”. La escenografía parece la propia caja del teatro, pero no lo es y la iluminación no puede estar más acertada. Hay registas que se limitan a diseñar espectáculos más o menos bellos o imponentes en los decorados y otros que, al margen de ello, son auténticos hombres de teatro y hacen actuar a los cantantes. Uno de estos es el italiano. Del Monaco plantea una completa actuación escénica hasta en esa pantomima en la que no se recurre al tradicional lavado de manos de un ballet, sino que la representan los propios cantantes. Y es sólo uno de los ejemplos. Desde el primer maltrato de Puck a Cecilia hasta la forma de desvelar el asesinato de ésta se respira una tensión casi abrumadora, sólo apaciguada por los abundantes movimientos secundarios en segundos planos. Inspirada la aparición final de la compañía. Un trabajo admirable y es curioso que sea un italiano quien mejor haya sabido llevar a escena dos obras tan nuestras como “Golondrinas” o la excelente “Vida breve” del Palau de les Arts que la Zarzuela supo recuperar.”

« La Razòn, noviembre 2023″

 

« La Vida Breve » e « La Tempranica », Teatro de la Zarzuela, Madrid, October, 2020

« La «Vida larga» de Falla. Todos tenemos en el recuerdo algunas representaciones emblemáticas de ciertas obras. Yo tengo dos en el caso de «La vida breve» de Falla. Una de ellas fue en un curiosísimo concierto en Tokio. El añorado Frühbeck de Burgos dirigió a la local Orquesta Yomiuri y a la no menosañorada María Orán, con un coro también japonés. Cosecharon un éxito enorme. La otra fue en el Palau de les Arts, con una inolvidable dirección musical de Lorin Maazel. El maestro era genial cuando quería y lo quiso allí, quizá también inspirado por la mejor puesta en escena que jamás se haya realizado de la obra de Falla. La firmaba Giancarlo del Monaco. 

Es, reducida y con algunos cambios, la que el viernes abrió la temporada del Tea- tro de la Zarzuela junto a «La Tempranica». Hay cambios lógicos debidos a la pandemia y algún otro, quizá innecesario que posiblemente solo sirva para echar la sal de la polémica. No es nueva, ni desacertada, la alusión al mundo taurino con la forma en que Paco torea a Salud, sí es discutible la masturbación de ella. El espectáculo, en cualquier caso, es formidable. La lástima es que «Tempranica» y «Vida breve» no se ofrezcan juntas, porque del Monaco ha logrado una simbiosis que parecía imposible dado el estaticismo de la partitura de Gerónimo Giménez. Una crítica con ganas de un titular llamativo podría rezar «Los rojos toman la Zar- zuela». Realmente, quien toma el teatro es el color rojo, referencia en ambos espectáculos. Sin embargo, tampoco ha de olvidarse del negro. Posiblemente, le habría encantado a Stendhal, gran amante de la ópera, por aquello del «Rojo y negro». También a Goya, porque el negro trae a la memoria las pinturas de su célebre periodo goyesco. 

Pero hay otro factor tan importante o aún más: el impagable trabajo que ha rea- lizado Miguel Ángel Gómez Martínez. No en el foso, que también, sino al lograr reducir la amplia plantilla orquestal a menos de veinticinco atriles y el coro a apenas diecisiete, de forma que el conjunto sonoro no pierda enjundia. Al ser una obra tan corta y exigir amplios elementos orquestales y corales, ve limitada sus posibilidades de representación en muchos teatros y, sobre todo, en el extranjero. Con esta reducción se podrá ampliar su difusión, de forma que «La vida breve» pueda tener una vida considerablemente más amplia y larga. 

Gonzalo Alonso – La Razón 3/10/2020

 

« Tosca », Torre del Lago, July, 2018 

« Uno spettacolo maestoso che non ha tradito le aspettative della vigilia. E’ stata un’applauditissima Tosca quella andata in scena domenica sera al Festival Puccini, il debutto assoluto del nuovo allestimento di Giancarlo Del Monaco.

La firma di uno dei registi più importanti della sua generazione, figlio d’arte del grande tenore Mario Del Monaco, ha lasciato il segno, nella cura dei dettagli di tutta la messa in scena, arricchita dalle monumentali scenografie di Carlo Centolavigna della Roma papalina di inizio ‘800, e i costumi della Fondazione Cerratelli. Culminata nella scena corale del Te Deum che chiude il primo atto.

Appassionate le interpretazioni dei protagonisti: la soprano cinese He Hui, pienamente a suo agio nei panni di Floria Tosca. E Stefano La Colla, tenore cresciuto sulle rive del Massaciuccoli, tenace interprete di Mario Cavaradossi, il pittore-amante vittima degli inganni del perfido Barone Scarpia (Carlos Almaguer).

Tosca torna in scena al Festival Puccini il 4 e il 12 agosto. A settembre sarа in onda su Noi Tv »
« Noi tv » – 16, July, 2018 

 

« Il notevole sforzo produttivo di questa edizione del Festival Pucciniano darа vita a tre nuovi allestimenti, il primo dei quali ha appena debuttato a al Gran Teatro all’aperto. Tosca è uno dei titoli piщ ricorrenti a Torre del Lago e le recenti edizioni non potevano definirsi tra le più riuscite nella storia della rassegna estiva. C’era bisogno di nuova Tosca, insomma, che potesse non solo convincere, ma anche proporsi per essere ripresa negli anni a venire. Nell’occasione si è opportunamente scelto, una volta tanto, un regista operistico di lungo corso e di provata esperienza e Giancarlo Del Monaco non ha mancato di imprimere una forte caratterizzazione allo spettacolo, risultato non scontato in un titolo tra i più inflazionati del repertorio e dove non è facile dire qualcosa di inedito, avendo anche un libretto che non indica solo un determinato momento storico, ma anche “le ore e i luoghi”.

Tradizionale nel monumentale impianto scenico, ma non banale, sostanzialmente fedele nella drammaturgia, lo spettacolo si contraddistingue per le tinte forti che il regista vi imprime lungo i tre atti. Per del Monaco l’opera non racconta (solo) una sfortunata storia d’amore e di romantici rivoluzionari, ma è intrisa di cupa violenza. Giа le fastose e barocche scene del primo e terzo atto non sono semplicemente belle da vedere, ma suggeriscono qualcosa di inquietante e di incombente.

Il terzo atto contrasta in modo netto coi due precedenti, con scene ridotte all’osso, senza concessioni al decorativismo. A Castel Sant’Angelo si tortura e si uccide e basta, non ci sono tavolinetti dove scrivere le ultime volontа, né sedie su cui riposarsi prima della fucilazione. Il Sagrestano è alcolizzato, il primo atto giа trasuda sensualitа e sesso e nel finale secondo Tosca non uccide Scarpia terrorizzata dal suo gesto, ma gusta la vendetta trafiggendolo con impeto da serial killer anche quando è disteso e agonizzando, non risparmiandogli una simbolica coltellata al basso ventre. Del Monaco racconta di aver cosi esorcizzato una giovanile esperienza di molestie di cui fu vittima. A Cavaradossi non viene riservata una blanda e signorile tortura, ma viene proprio massacrato, presentandosi dopo il “Portatelo qui!” con gli abiti a brandelli e coperto di sangue. Nel terzo atto evidentemente gli è stata riservata una dose supplementare, in attesa dell’esecuzione, perché viene portato in scena in barella, ridotto in condizioni impressionanti, tanto da cantare la prima parte di “E lucevan le stelle” sdraiato.

La fucilazione avviene con Mario sistemato su una sedia con le spalle rivolte ai soldati (come Aldo Fabrizi in “Roma cittа aperta”, per intendersi) e il volto rivolto verso il pubblico, cosi che i fucili sparano in direzione degli spettatori (e fortunatamente non sono caricati come la sfortunata arma rivolta verso Fabio Armiliato a Macerata nella Tosca del 1995), non senza un effetto raggelante.

A tante torbide e feroci atmosfere suggerite dalla regia non si allinea il podio, che pare andare in senso opposto. Pedro Halffter, madrileno di nascita e dal curriculum di tutto rispetto (è compositore, nonché direttore artistico del Teatro de la Maestranza di Siviglia), pare più direttore sinfonico che operistico. Il gesto è curato e preciso, ma la lentezza dei tempi nei passaggi cantabili priva di nerbo, in particolare, il primo atto e sopratutto sembra mettere in qualche difficoltа i cantanti. Una bacchetta compassata, che non respira con gli interpreti, insomma, ma che trova momenti suggestivi in alcuni passi concitati, nello spettacolare e spettrale Te Deum concepito da Del Monaco con un enorme incensiere che inonda il palcoscenico di fumo e, soprattutto, nei passaggi solo orchestrali (la coda del finale secondo, l’alba del terzo atto), con ciò l’impressione – confermata peraltro dalla sua ricca discografia – di una maggiore attitudine a dirigere musica non vocale. Pubblico folto e molti applausi per tutti. »

« Operaclick », La recensione si riferisce alla prima del 15 luglio 2018

 

“Las Golondrinas”, Teatro de la Zarzuela, Madrid, October, 2016

“Las Golondrinas”, un impresionante inicio de temporada”“Verdadero estallido de “Bravo” al bajarse el telón con las últimas notas de la obra de Usandizaga y muchos minutos de ovaciones a todos los artistas sin excepción alguna. Un éxito rotundo que se apunta Daniel Bianco en la apertura de su primera temporada como responsable del Teatro de la Zarzuela. Merecido, ya que puso toda la carne en el asador eligiendo una ópera española poco representada y encargando una nueva producción a un director de escena de la talla de Giancarlo del Monaco.

El regista se ha decantado claramente por apartarse del naturalismo, con una compañía ambulante de payasos, para adentrase en el neorrealismo en los dos primeros actos y en el expresionismo en el tercero. Predomina la escena en blancos y negros cinematográficos, que se tiñen de colorido –precioso el vestuario de Jesús Ruiz- en la “Pantomima”. La escenografía parece la propia caja del teatro, pero no lo es y la iluminación no puede estar más acertada. Hay registas que se limitan a diseñar espectáculos más o menos bellos o imponentes en los decorados y otros que, al margen de ello, son auténticos hombres de teatro y hacen actuar a los cantantes. Uno de estos es el italiano. Cuando Carmen Romeu se vea en video –y éste es obligado realizarlo- no se podrá creer su actuación. Del Monaco realiza con ella aún más de lo que Decker logró con Netrebko en la célebre “Traviata” salzburguesa: una completa actuación escénica hasta en esa pantomima en la que no se recurre al tradicional lavado de manos de un ballet sino que la representan los propios cantantes. Y es sólo uno de los ejemplos. Desde el primer maltrato de Puck a Cecilia hasta la forma de desvelar el asesinato de ésta se respira una tensión casi abrumadora, sólo apaciguada por los abundantes movimientos secundarios en segundos planos. Inspirada la aparición final de la compañía. Un trabajo admirable y es curioso que sea un italiano quien mejor haya sabido llevar a escena dos obras tan nuestras como “Golondrinas” o la excelente “Vida breve” del Palau de les Arts que la Zarzuela haría bien en recuperar.

El reparto funciona, salvando las dificultades de una escritura en tesituras exigentísimas que obliga a cambios del más ligero primer acto al dramático tercero. Los tres protagonistas –Romeu, Fabiola Herrera y Esteves- quedan a veces algo cortos y poco cómodos vocalmente ante la densidad orquestal pero la escena lo salva. La dirección en el foso de Oliver Díaz supone una auténtica sorpresa, ágil, vibrante, enérgica, mas nunca descontrolada, con un muy trabajado interludio, consiguiendo uno de los mejores trabajos de la Orquesta de la Comunidad y el Coro del teatro.

Un inicio de temporada que supone toda una lección para otros teatros. Y las siguientes son “Iphigenia en Tracia” de Nebra y “La Villana” de Vives. ¡Qué se mantenga el nivel! 
”
Gonzalo Alonso
Su reposición en el Teatro de la Zarzuela es el primer tanto de gran alcance del periodo Daniel Bianco. La versión, en producción propia, del Teatro de la Zarzuela es muy ambiciosa. Del Monaco, aparte de lo ya dicho, insufla vitalidad y ritmo sin casi peros. La dirección musical de Óliver Díaz es redonda para una partitura nada fácil, llena de sutilezas y de texturas sinfónicas. En cuanto a los protagonistas del estreno (el trío principal tiene un segundo reparto de similar calidad), señalemos a la soprano Carmen Romeu (Lina), dando cuerpo al personaje más rico y positivo, con entereza vocal y grandes dotes interpretativas. La mezzo Nancy Fabiola Herrera canta muy bien un papel teatralmente más desabrido que parece haber interiorizado que si la van a matar será por algo. El barítono Rodrigo Esteve asume con disciplina el carácter enfermizo de Puck y canta con brío el papel que encarnó magistralmente Emilio Sagi Barba. El resto de la producción tiene un nivel muy alto, señalemos el grupo circense que se afana con profesionalidad suficiente en dar espesor a la puesta en escena.
El Pais

 

« Las Golondrinas » de Usandizaga dirigida por Óliver Díaz en el teatro de la Zarzuela.
 Camino al andar. »
« Decía Antonio Machado que se hace camino al andar. 160 años de largo camino cumple hoy el Teatro de la Zarzuela, más de siglo y medio de éxitos, fracasos e historia. Está aún por ver si el presente dejará huella, si se hará camino en el Teatro mientras quienes lo ocupan labran el suyo. En el camino de un servidor se cumplirán dentro de poco 25 años asistiendo a un lugar tan mágico como la Zarzuela desde que la Berganza, esa deidad absoluta de la lírica española nos cantara allí una de sus míticas Carmen. Y tras ella mil historias que, me voy a permitir la osadía, me permiten al menos el privilegio de intuír qué nombres, momentos, o músicas perdurarán en el mañana. Todos los que conocíamos su trabajo anterior lo supimos desde que se hizo público. Si no lo han hecho ya, al salir de Golondrinas apuntarán su nombre: Óliver Díaz. Discúlpenme si piensan que a continuación me excedo, es el ímpetu de saber que al menos la orquesta de la Zarzuela, la ORCAM, vuelve a estar en buenas manos.

Durante las últimas temporadas ha habido pocos nombres que, en sus visitas al foso de la calle Jovellanos, nos abstrajesen de la habitual rutina gris de un teatro que necesitaba en su orquesta, evidente era al oído, otra manera de ver, de sentir la zarzuela. Guillermo García Calvo podía ser uno. Miguel Ángel Gómez Martínez podía ser otro. Óliver Díaz sería el tercero. Recuerdo que durante mucho tiempo se me repetía sin cesar que era una batuta perdida que no sabía lo que quería. Vaya. Uno acudía a escucharle y se preguntaba cómo puede alguien llegar a plantearse semejante chorrada (del castellano antiguo chorrar). Los críticos, ya se sabe, especialistas en aventurarnos en la ignorancia. Si hoy podemos hablar de éxito en estas Golondrinas que abren la nueva temporada del Teatro de la Zarzuela es gracias a la batuta de Díaz. A otros factores también, pero sobre todo a la labor del director musical.
Así queda patente desde el primer pentagrama, donde Díaz se zambulle de cabeza en una orquestación densa, repleta de recovecos, de no fáciles texturas, recreando un océano sonoro que nos inunda y refleja el personal universo de un compositor por desgracia tan poco conocido como Usandizaga. Ahí dentro hay de todo, oigan. Una introducción de lo más cinematográfica, donde uno espera ver salir los créditos del Cinemascope por algún lado, da lugar a continuación a un lírico preludio donde Díaz despliega su buen hacer, su pulso, su cuidado y sobre todo, su trabajo con una orquesta que hace magia a tenor de lo escuchado en otras ocasiones. Toda la obra es una gozada en lo orquestal, incluido el sublime Intermedio del tercer acto, a pesar de que el público no callara (“mientras no se cante no es música” es la tónica en muchas mentes).

Víctor Pablo Pérez está de suerte… debe estar aplaudiendo como el que más. Sólo faltará una acometida real en la orquesta, si el dinero lo permite, para empezar a convertir este pequeño ensueño en una realidad duradera –siguen desbarrando los vientos, maderas y metales en significativas ocasiones-. Es increíble que, siendo la tercera función esta del primer título de la primera temporada en la que Óliver Díaz es el titular, las cosas suenen tan bien y tan diferente. Y esto, como digo, con una obra y una orquestación como la de Las Golondrinas. Muchos, y con razón, me dirán que es demasiado pronto para decir las cosas que digo. Bien. Esto es una apuesta, podré equivocarme, pero yo digo que dentro de años, cuando Óliver Díaz regrese como director invitado a la Zarzuela, será recibido con un aplauso cerrado al subir al podio, en señal de agradecimiento.

Como decía, no todo el éxito es de la batuta en esta producción tan homogénea en lo positivo. Hay que sumar un plantel de cantantes muy redondo. Primero de todo, destacar a Nancy Fabiola Herrera en el papel de Cecilia, con una voz carnosa y timbrada, que asciende con facilidad al agudo y cómplice en lo actoral de Giancarlo del Monaco, donde se muestra soberbia y completamente creíble hasta la lágrima.
Solícita también Carmen Romeu como Lina en un papel realmente exigente para su tesitura y de tan significativa presencia escénica. Rodrigo Esteves completa el trío protagnista. De nuevo especialmente acertado en lo requerido por la dirección de escena, muestra una voz rotunda, de registro homogéneo. Exquisito, as usual, el Coro del Teatro de la Zarzuela.

Hace camino también la sociedad y gracias a ello Giancarlo del Monaco puede actualizar un libreto que es pobre, paupérrimo en ocasiones, por más que el depauperado programa de mano afirme que Lejárraga y su marido eran “la mejor pareja de libretistas de la época” (imagino porque era la única pareja libretista de ese justo momento) y a quien erróneamente se les atribuye, o al menos así se da a entender, la autoría del libreto de El retablo de Maese Pedro (si acaso, creo recordar, Fernando de los Ríos aconsejó al propio Falla, quien adaptó libremente la prosa de Cervantes). Del Monaco crea una historia de hoy (lástima la ultimísima escena, no haré aquí spoiler, que emborrona un tanto todo lo construido anteriormente), oscura y violenta, en pro de la música, enriquecida a base del pequeño detalle: tics de manos nerviosas, arañazos en el pecho, muecas justas de labios que callan… Una delicia de trabajo que bien merecería ser retransmitida en pantalla grande para apreciarse mejor. Tal y como tuve oportunidad de hablar con Nancy Fabiola Herrera hace unos días, el italiano no es que dé la vuelta a la historia sino que nos hace ver todas las dimensiones de cada personaje, liquida el drama plano de una historia lineal y nos golpea con los vértices. Favorece el todo la escenografía de William Orlandi y el rico vestuario de Vinicio Cheli. Mencionar también la ambientación y contextualización sobresaliento de los artistas de circo, verdaderos saltimbanquis.
Decía Antonio Machado que son las huellas el camino y nada más. Aquí va la primera huella de un proyecto que habrá que ver cómo deriva. En los próximos días publicaremos una entrevista con el también nuevo director del teatro Daniel Bianco y podrán hacerse, esperemos, una mayor idea del todo. Mientras tanto, en el apartado musical, ya hay una batuta que ha dejado su ¿primera? huella, demostrando que el camino se hace al andar.”
Gonzalo Lahoz, « Platea magazine », 10 Octubre 2016

 

“Anna Bolena”, Donizetti, Opernhaus Zürich, marzo / March / mars 2015

“Suspicion and terror on the throne: a fine Anna Bolena in Zurich. The setting had jumped almost 400 years forward from the Tudor to the Edwardian era. Interestingly, Anna’s costuming sets her apart; she alone appears in Renaissance garments of sumptuous brocades whose colours change as the plot unravels.

As for the vocal achievements, Anna Netrebko shows a consummate command of her trade (…). And she embraces the very substance of Bolena. Luca Pisaroni was superb in his role as King Henry.

Two scenes in particular will stay with me a long time. First, at the beginning of Act II, the imprisoned Anna stands before a gallery of even hugely oversized Baroque-framed smoky mirrors, while the choir sang, “Oh where are the false flatterers of her happy days?” The illusion of golden memories did not go unnoticed, nor did the fact that we − the audience, the glass reflected − were among the partners in crime. Anna’s loneliness was terrifically poignant there. Equally effective dramatically was her decapitation. When another huge gold-gilt frame was lowered from the heights, Netrebko − again with her back to the audience − stretched her arms out, side to side, and bent forward over its lowermost slat. Poof! Her head was gone: The simplest of devices, yes, but one with a powerful effect.”
Sarah Batschelet, “Bachtrach”, 26 March, 2015

 

“Tosca”, Puccini – Teatro Villamarta” – Jerez, febbraio / February / février 2015

“En esta brillante y electrizante coproducción entre Tenerife, Jerez, Pamplona, Valladolid y Lausanne, Giancarlo del Monaco ha logrado extraerle aún mayor jugo dramático llevando la acción al otoño de 1943 y a una Roma ocupada por las fuerzas alemanas ante el vacío de poder producido por la destitución y encarcelamiento de Mussolini. Ver al lascivo y perverso Scarpia con el uniforme de las SS, manejando la fusta, fumándose un cigarrillo durante el ‘Te Deum’ y contemplando una enorme fotografía de Hitler, le añade al personaje una enorme

carga adicional de maldad y de refinamiento en el dolor ajeno.
Del Monaco, como en todos sus montajes, parte de la propia música para diseñar el
movimiento de actores y el propio decurso del pulso escénico. Esta íntima fusión entre tiempo musical y tiempo dramático alcanzó la perfección en un segundo acto medido al milímetro y que dejó al público literalmente paralizado en sus asientos. Sin duda, una de las mejores
producciones que se hayan visto nunca en el Villamarta”.
Andrés Moreno Mengibar, “Diario de Jerez” 16/02/2015

Cavalleria Rusticana & Pagliacci, NCPA (National Center for the Performing Arts in Beijing) Pechino – China, agosto / August / août 2014

“The National Center for the Performing Arts in Beijing, where getting a new production onstage is famously tough, recently hired Giancarlo del Monaco to direct the twin operas Cavalleria Rusticana and Pagliacci and infuse them with Italianate jealousy, betrayal and bloodshed. His creative team guaranteed that period details were rich and authentic.

Their staging last week was richly romantic, at least to the modernist, and therefore justifiably operatic for the emerging audiences of classical opera in China.”

Raymond Zhou, “China Daily”, 18 august, 2014

 

“Roberto Devereux », Donizetti – Opernhaus Zürich, luglio, / July / juillet 2014

« La Fanciulla del West à 14 h dans une production exceptionnelle, Roberto Devereux à 20 h dans une production non moins éblouissante, est-il en Europe une autre maison d’opéra capable d’afficher le dernier jour de la saison deux œuvres aussi difficiles avec d’aussi prestigieuses vedettes internationales ? La mise en scène de Giancarlo del Monaco est limpide, avec une bonne utilisation de l’espace scénique et une bonne direction d’acteurs. Il s’agit donc d’une représentation classique, solide, qui laisse la part belle aux interprètes en costumes de l’époque élisabéthaine.

Musicalité, nuances, puissance dramatique, chacune des interventions d’Edita Gruberova est un véritable coup de poing asséné à tous les spectateurs. Comment, après une telle démonstration, s’étonner de voir des rappels sans fin accompagner une standing ovation de toute la salle : un véritable phénomène assez courant autrefois, mais dont on a aujourd’hui singulièrement perdu l’habitude. »

Jean-Marcel Humbert, « Forum Opera », 13 juillet 2014

 

“Luisa Miller”, Verdi – Opéra de Lausanne, marzo / March / mars 2014

« Luisa Miller en noir et blanc. «Tragédie bourgeoise.» Ainsi l’a conçu Schiller. Le sous-titre de sa pièce « Kabale und Liebe » pose des jalons clairs.

A Lausanne, Giancarlo del Monaco les suit à la lettre dans sa lecture de l’opéra de Verdi
tiré du texte allemand. Sa mise en scène enserre d’emblée Luisa Miller dans un étau. Entre le rêve clair d’une vie familiale idéale, et la noirceur terrifiante d’une mort annoncée. L’Italien pose lui aussi d’entrée ses marques.

Avant même la musique, un groupe de statues en marbre blanc. Il ne manque qu’un feu de cheminée pour réchauffer la douceur figée de ce foyer aisé, si pâle.

Aux premières notes de l’ouverture, les personnages, fixés sur un sol noir luisant, basculent lentement à la verticale. Puis l’ensemble s’élève jusqu’aux cintres dans un renversement saisissant. L’action et le chant se déploient dès lors sous cette scène domestique à l’envers, miroir inversé de la tragédie, épée de Damoclès impitoyable. Le choeur endeuillé, bougie en main, tournera pendant tout le spectacle autour des chanteurs. Tout est dit, en noir et blanc.

Procédé manichéen ? Esthétique glacée et classique ? Peut-être. Mais d’une efficacité redoutable. »

Sylvie Bonier, « Le Temps », 28 mars 2014

 

“Incandescente Luisa Miller sort du tombeau de l’oubli”.

En mettant pour la première fois en scène le 14ème opéra de Verdi, Giancarlo del Monaco semble revenir à l’esprit du texte original, et à ses paroles de Luisa. Dès l’ouverture, une immense pierre tombale découvre le corps de cette dernière embaumé de fleurs blanches. Et c’est le chœur, dans sa progression funèbre émue, qui va « ramener à la vie » la pauvre fille, le temps d’une représentation.
Dès lors, le metteur en scène peut s’épargner toute référence à un Tyrol de pacotille. Tout se passera dans l’obscurité de ce tombeau où les chaises sont les seuls accessoires, lieu oppressant de remémoration de l’amour impossible de Luisa, la fille du soldat, et de Rodolfo, le fils du comte. Malgré la radicalité du propos, et le risque, heureusement évité, de plomber l’histoire dans un pathétisme larmoyant, l’œuvre gagne en cohérence – de que Roberto Rizzi Brignoli renforce encore à la tête de l’OCL, dans une progression constante de la densité orchestrale. »

Matthieu Chenal, « 24 h », 24 mars 2014

 

“L’Italiana in Algeri”, Rossini, NCPA (National Center for the Performing Arts in Beijing) Pechino – China, novembre, / November / novembre 2013

L’opéra L’Italiana in Algeri, du compositeur Gioachino Rossini, est actuellement proposé au Centre National des arts scéniques de Beijing (Pékin) … avec des touches modernes permettant une approche plus contemporaine.
C’est la première fois que L’italiana in Algeri est proposée au public chinois (…) le mime est également au rendez-vous. La partie comique de sept minutes assure le rôle de prologue avant le début de la pièce.
“L’idée novatrice a été d’apporter à la prestation scénique une touche de music-hall. L’opéra se rapproche des spectateurs par une façon très actuelle de faire du théâtre, celle-ci s’apparente un peu au music-hall américain.” Les décors, tout comme la configuration de la scène sont empreints d’anti-conformisme. Le prolongement de la scène, en forme de pic, entre littéralement dans l’espace des spectateurs, plongeant ces derniers au coeur de l’action. Et avec ces moyens novateurs, les producteurs espèrent attirer vers l’opéra un public plus jeune.
Jin Wensi, CCTV, China, November 2013

 

“Cavalleria Rusticana “, Pietro Mascagni, & “Pagliacci” de Ruggero Leoncavallo – Opéra National de Paris, avril-mai / April-May / aprile-maggio 2012

« Amours et noires trahisons au menu de deux pièces fondatrices du vérisme italien. »

« Cav & Pag » enfin réunis à l’Opéra de Paris ! Le couple le plus célèbre de l’opéra italien – à savoir « Cavalleria rusticana », de Pietro Mascagni (1863 – 1945) et « I Pagliacci », de Ruggero Leoncavallo (1857 – 1919) – est en effet programmé pour la première fois à l’Opéra Bastille (le premier n’avait jamais encore été donné ni à Garnier ni à Bastille).

Créés respectivement l’un en 1890 à Rome, l’autre en 1892 à Milan, ces deux courts ouvrages lyriques sur fond d’amours illégitimes et de noires trahisons (ce qui explique leur durable association à la scène et en disque) sont emblématiques du vérisme italien, ce mouvement de la fin du XIXe siècle hérité du naturisme français (Maupassant, Zola), dont Puccini sera le fleuron.

« Cavalleria rusticana » se passe le jour de Pâques dans une Sicile brûlée de soleil. Cantiques et processions, masses fourmilières en costumes noirs et grands blocs de marbre blanc : la violence du cœur des femmes répond à l’âpreté minérale des hommes d’honneur. Cela se terminera dans un duel au couteau. Pour « I Pagliacci », c’est jour d’Assomption en Calabre. La fête commence avec l’arrivée d’un cirque ambulant et son cortège fellinien. Non celui de « La Strada », malgré roulotte, trompette et commedia dell’arte, mais celui de « La Dolce Vita » : sur un triptyque d’écrans géants, la silhouette mythique et somptueuse d’Anita Ekberg, se baignant dans la fontaine de Trevi.

La production mise en scène par Giancarlo del Monaco (sombre et grandiloquente dans « Cavalleria rusticana », naturellement plus sensuelle et colorée dans « I Pagliacci ») n’est pas une nouveauté. Montée au Teatro Real de Madrid, elle est parue en DVD chez Opus Arte. Du travail solide, sans fioritures, sans faute de goût non plus.

Même solidité presque rustique dans la distribution de « Cavalleria rusticana », qui permet notamment à la soprano lituanienne Violetta Urmana, décevante Leonora de « La Force du destin », de Verdi (« Le Monde » du 17 novembre 2011), de faire valoir une projection puissante aux aigus météoriques et aux accents mélodramatiques.

Mais c’est pour la Nedda de Brigitta Kele que les cœurs chavirent dans « I Pagliacci ». La belle a trois hommes à ses pieds. Son mari, Canio. Le clown bossu, Tonio. Mais c’est avec le séduisant Silvio, qu’elle projette de s’enfuir. D’une beauté solaire – tant sur le plan scénique que vocal -, la jeune soprano roumaine (une découverte revendiquée par Nicolas Joël), jusqu’ici soliste à l’opéra hongrois de Cluj-Napoca, fait effectivement des débuts éclatants sur la scène de Bastille.

A ses côtés, l’immense Vladimir Galouzine en Canio : le ténor russe est toujours d’une vocalité et d’une présence dramatiques exceptionnelles. Jolie sérénade amoureuse du Beppe de Florian Laconi, déguisé en Arlecchino, poignant prologue d’ « I Pagliacci » par le baryton russe Serguei Murzaev, effrayante incarnation du mal en Tonio. La direction tonitruante de Daniel Oren frise la vulgarité. Mais elle est heureusement servie par les musiciens du Chœur et de l’Orchestre de l’Opéra de Paris.

Marie-Aude Roux, « Le Monde », 19 avril 2012

 

« Battements de Sicile »

Les îles sont charmantes pour y faire trempette. La Sicile est pleine d’agréments sous son soleil cru, s’il n’y avait le caractère passablement rugueux de ses habitants. On y joue du couteau pour un « si » ou pour un « no ». Le grand romancier Giovanni Verga, auteur de « Cavalleria rusticana » l’avait bien observé. Cet opéra vériste de Mascagni ne manque pas de coups de surin dans un acier bien trempé. Une histoire de femme délaissée et de vengeance ; du vin et du sang à la régalade ; une jeunesse qui fait bisquer les hommes du village. C’est rapide, sans appel, cruel comme un drame antique. C’est beau. Rien à ajouter.

Mademoiselle Violeta Urmana compose une Santuzza le visage fermé qui, tapie derrière un bloc de stuf, attend l’heure de sa vengeance. Elle est inouïe dans l’humanité comme dans l’ignominie. C’est la plus grande Santuzza que l’on puisse voir présentement. Elle se coule dans ce rôle comme un fauve aux aguets. Immense chanteuse elle nous a donné, il y a peu, sous la baguette d’Abbado, un deuxième acte de « Tristan » qui valait toutes les minauderies entendues à Bayreuth. Marcello Giordani en Turiddu est bien, quoiqu’un peu épais.

« Pagliacci » de Leoncavallo, est aussi une histoire de sang. On y trouve de l’amour, de la vengeance, des frustrations et finalement, en point d’orgue, la mort. La fête foraine, avec son cirque ambulant, bat son plein. Canio (Galouzine), le « Pagliacci » de la troupe aime Nedda (Brigitta Kele), qui aime Silvio (Christoyannis)… Et tourne ainsi le manège du cirque ambulant. Galouzine, comme Kele, comme le reste de la troupe, sont épatants. La magie du cirque ajoute à celle de l’opéra.

Monsieur del Monaco s’est glissé dans ces deux œuvres avec bonheur. Daniel Oren a planté avec une cruauté délicieuse sa baguette dans ces deux chefs-d’œuvre.

Une soirée sans faille.

Luc Décygnes, « Le Canard enchaîné », 19 avril 2012

 

“Cavalleria rusticana et Pagliacci à l’Opéra-Bastille”

C’est un couplage traditionnel car les deux opéras de Mascagni et Leoncavallo sont deux ouvrages sur la jalousie, créés à deux ans d’intervalle (1890 et 1892). Et ce sont deux ouvrages représentatifs de ce courant lyrique qui a marqué en Italie la fin du XIXème siècle, le vérisme, une sorte de naturalisme musical, l’expression exacerbée des sentiments à travers la voix et l’orchestre. Dans Cavalleria rusticana, qui se déroule dans un village sicilien écrasé de soleil, le dimanche de Pâques, l’action est concentrée sur quelques notions fortes, la jalousie, le désir et la haine qui enflamment les personnages, Santuzza, une jeune paysanne mélancolique parce que bafouée par son amant, Turridu, ce jeune paysan qui l’a aimée et en aime à présent une autre, Lola, elle-même mariée au charretier Alfio. Et, sorte de fil du temps et du destin, Mamma Lucia, la mère de Turridu, ouvre et referme le drame avec Santuzza.

Il y a quelque chose d’implacable dans cette histoire ardente dont la mort est le filigrane constant. Et la mise en scène de Giancarlo del Monaco l’exprime très bien : dans un décor de pierres blanches, arides comme cette Sicile où tout est brûlant, le sol, les âmes, les sentiments, tous les personnages, vêtus de noir comme dans le pressentiment de la mort qui rôde, s’affrontent avec une violence des gestes parfaitement expressives. On est plongé d’emblée dans le drame, dans l’expression à nu du désespoir, dans la force du tragique.

La distribution est quasi parfaite, dominée par le couple Santuzza-Turridu : Violetta Urmana est une paysanne déchirée qui porte déjà la mort dès son entrée, avec une voix déchirante qui exprime un concentré de malheur, Marcello Giordani, lui-même sicilien, sait faire entendre dans son timbre chaud et ardent les affres de ce personnage condamné. Tout cela se déploie comme une tragédie antique, sous le regard du chœur, tout de noir vêtu, qui attise ce chaudron de passion jusqu’à la catastrophe finale. On ne peut échapper à la tension, à l’émotion de ce drame concentré que porte une musique de braise chauffée par la baguette toujours flamboyante de Daniel Oren.

C’est ce même Daniel Oren qui conduit Pagliacci, un autre drame dont la jalousie est encore une fois le ressort. Nous sommes cette fois en présence d’une troupe de comédiens ambulants qui font escale dans un village de Calabre. Mais pendant que se prépare la représentation qui mettra en scène les amours d’Arlequin et Colombine, la vie réelle est en train de précéder la fiction. Car Nedda, la femme de Canio, le chef de cette petite troupe, est amoureuse de Silvio. L’affreux Tonio, qui convoitait aussi la belle mais qui a été rejeté par elle, se venge en révélant à Canio son infortune. Quand la représentation commence devant les villageois, le réel vient bientôt se superposer à la fiction et Canio, bouleversé, confond son rôle de Paillasse avec son drame de mari bafoué. Les spectateurs, enchantés, croient que c’est un artifice de mise en scène… jusqu’à ce que Canio, au comble du désespoir, plante son couteau dans le cœur de Nedda, puis dans celui de Silvio venu la secourir. L’ultime phrase de Tonio résonne à double sens : « La commedia è finita ! ».

Giancarlo del Monaco a, là encore, trouvé des images efficaces pour décrire d’abord la vie de ces comédiens un peu miteux, se déplaçant dans leur vieux camion brinquebalant, puis la représentation du drame dans le théâtre approximatif dressé devant les villageois, avec ce crescendo de la tension portée par la jalousie mortifère de Canio. Le grand ténor russe Vladimir Galouzine donne toute sa voix et toute son âme pour exprimer le déchirement intérieur de Canio, le baryton Sergey Murzaev, russe lui aussi, est un Tonio veule à souhait mais à la voix chaudement timbrée, le ténor français Florian Laconi montre encore une fois en Beppe son aisance scénique et sa belle voix charmeuse (en particulier dans la sérénade d’Arlequin) – mais c’est la Nedda de la jeune soprano roumaine Brigitta Kele qui constitue la découverte de cette distribution : aussi belle à regarder qu’à écouter, elle fait un triomphe mérité et suscite déjà l’envie de la réentendre très vite.

Au total, deux incontestables réussites scéniques et musicales qui font plaisir et consolent des récents déboires de l’Opéra de Paris.

Alain Duault, « Operaonline »

 

“Cavalleria rusticana et I Pagliacci à l’Opéra de Paris”

Quelle étrange idée que de déplacer le prologue d’I Pagliacci en tête du spectacle, et donc avant l’ouverture de Cavalleria rusticana qui ouvrait la soirée ! Cavalleria rusticana entrait au répertoire de l’Opéra (même s’il fut joué à l’Opéra Comique du temps de la réunion des deux maisons), tandis qu’I Pagliacci retrouvait la scène parisienne après de longues éclipses depuis sa création à Garnier en 1902. L’Opéra de Paris a décidé de grouper les deux œuvres emblématiques du vérisme italien en se conformant à une tradition scellée de longue date par toutes les scènes, mais a eu l’idée de renforcer ce rapprochement en déplaçant le prologue de l’opéra de Leoncavallo en tête du spectacle, comme pour former un écrin commun aux deux œuvres. Pourtant, les deux pièces ne partagent que le fait d’être considérées comme le fer de lance du vérisme et sont de caractère très différent.

La production de Giancarlo del Monaco pour Cavalleria rusticana est d’une sobriété bienvenue, marquée par une place de marbre blanc écrasée de soleil. On notera le réglage parfait des mouvements de foule et une bonne direction d’acteurs, n’autorisant pas d’outrances.

La distribution est particulièrement soignée, avec Violeta Urmana dans le rôle de Santuzza, exhibant des moyens impressionnants, mais aussi un sens du chant appréciable, même lorsque l’interprète s’approprie toutes les « ficelles » expressives de ce répertoire. Les quelques phrases parlées frappent par leur justesse et l’artiste brosse un portrait émouvant de la femme de Turiddu, avec une implication remarquable de la part d’une chanteuse que l’on a parfois trouvée placide dans d’autres rôles. Marcello Giordani (Turiddu) possède une voix bien épanouie dans l’aigu, puissante, claironnante même, et qui lui permet de rendre justice à ce rôle exposé. On peut seulement lui reprocher de ne pas toujours tenir la fin de ses phrases. Franck Ferrari en Alfio a, c’est évident, la volonté d’impressionner, mais la voix est tendue et à la limite de la rupture, le souffle est court et le chant manque cruellement de tenue. En revanche, Stefania Toczyska est une Lucia très digne et Nicole Piccolomini (Lola) est très satisfaisante, à l’exception de sa chanson (« Fior di giaggiolo ») qui expose les différences de registres de la voix. Les chœurs, très sollicités, sont superbes.

Si la mise en scène de Cavalleria rusticana était dépouillée, celle d’I Pagliacci, dont l’action est transposée dans les années 50, fourmille de détails et reste respectueuse du contexte du livret et ses situations. L’intermède est remarquablement exploité par le metteur en scène qui choisit de montrer les interprètes se maquillant pour le spectacle à venir, créant une tension rapidement palpable.

La distribution est là encore excellente et très homogène. Vladimir Galouzine (Canio) surprend toujours avec ce timbre très barytonant, dans un rôle à sa mesure et dans lequel il peut donner libre cours à une certaine démesure. Sommet attendu de l’œuvre, « Recitar ! » est brossé à grands traits, tendu, malgré des reprises de souffle trop audibles. Brigitta Kele est une Nedda charmante mais à court de graves (« Stridono lassù »). Son duo avec Silvio (Tassis Christoyannis, excellent) est cependant exemplaire et son jeu dans la pièce (acte II) entre comédie et véritable drame, parfait. Serguei Murazev est un Tonio convaincant, dont la voix était très en valeur dans le prologue, malgré une tension évidente. Tous les autres rôles sont tenus de manière exemplaire et l’on ne peut qu’admirer encore l’exécution des chœurs.

À la tête de l’Orchestre de l’Opéra, Daniel Oren propose une direction qui ne s’embarrasse pas de nuances (intermède de Cavalleria rusticana), mais qui manque pourtant de tension dramatique, un comble pour une œuvre aussi efficace et bien ficelée. On déplore aussi le déséquilibre des pupitres avec des cuivres trop présents, noyant presque systématiquement les cordes (particulièrement gênant dans l’intermède d’I Pagliacci, puis l’altercation entre Silvio et Tonio dans le même opéra qui, uniquement ponctuée par les cuivres, tombe à plat), et des attaques parfois âpres (cordes dans l’ouverture et l’intermède de Cavalleria rusticana).
Avec le retour sur les scènes parisiennes de ces deux œuvres phares de l’opéra italien de la fin du XIXe siècle et dont la popularité ne s’est jamais démentie, l’Opéra de Paris poursuit l’élargissement de son répertoire, déjà amorcé, dans des esthétiques sensiblement différentes, avec André Chénier et Francesca da Rimini. Attendons, pour la saison prochaine, Ponchielli et sa Gioconda !

Karine Boulanger, « ClassiqueInfo.com », vendredi 27 avril 2012

 

“Der fliegende Holländer”, Wagner – Pekin – China – Opera House of the National Center for the Performing Arts – April, 2012

“Pechino: grande successo, sala gremita e pubblico in media molto giovane per” Der Fliegende Holländer”, nell’allestimento con la suggestiva regia di Giancarlo Del Monaco, prodotto dal nuovo, fantasmagorico e vitalissimo National Centre of Performing Arts

Giancarlo Del Monaco,come ormai ci ha abituati, regala agli occhi del pubblico uno spettacolo di grandissimo impatto scenico, dove vascelli di dimensioni reali entrano sul palcoscenico e si muovono con incredibile realismo e precisione.

Queste sono “magie” che si possono far uscire dal cilindro anche grazie alle projezioni video curate da Sergio Metalli e alle luci ideate da Vinicio Cheli: il lavoro dei due professionisti si è perfettamente sposato con l’idea registica di Del Monaco, che anche in questo caso ha dimostrato di essere un genio della messinscena per il modo in cui amalgama perfettamente la tradizione e il rispetto del libretto, strizzando però l’occhio con intelligenza al moderno, senza mai cadere in banalità; tanti suoi spettacoli, uno per tutti La Fanciulla del West” pucciniana, ripresa lo scorso dicembre al Met “rapiscono” il pubblico mettendo tutti d’accordo.

Del Monaco sapientemente sa “raccontare” il capolavo wagneriano guidando gli artisti nella partecipazione alla vicenda e al tempo stesso dando dei tocchi di “modernità” ai loro movimenti; niente è lasciato a caso. Sostenuto da un comparto tecnico di estremo valore, ha impresso una particulare cura nei movimenti scenici dei protagonisti e di masse corali e comparse, sempre rispettando la musica wagneriana e dandogli il giusto risalto, ed è riuscito perfettamente a far assaporare il dramma nelle sue sfumature più cupe.

La grande spettacolarità dell’allestimento pensato da Del Monaco-Orlandi-Cheli-Metalli, è stata possibile grazie anche alle attrezzature tecniche all’avanguardia del “gio vane” Teatro di Pechino che ha dotato il Centro di macchine e tecnici di grande professionalità; nel nostro caso, tre palcoscenici vanno su e giù e da sinistra verso destro in un fraziione di attimi, permettando così dei “cambi” a vista velocissimi e grande atmosfera, come in questo spettacolo wagneriano.

Pensiamo, e chiediamo scusa dell’ardire, che il “genio e sregolatezza” che contraddistingue l’artista Del Monaco mai come in questo caso rabbia raggiunto la sua massima espressione e abbia fatto sì che lo spettacolo raggiungesse i connotati di “evento”, cosí come lo ha vissuto il pubblico di Beijing (Pechino in lingua cinese) che ha esaurito tutto le recite con una calorosa accoglienza, calcolando poi che il 90 per cento degli spettatori era formato da giovanissimi(!!) età media 18 anni, c’è da rimanere soddisfatti e gratificati. (…)”

Sabino Lenoci – L’Opera – maggio 2012

 

“Wagner en China a toda vela”

Una mañana sesenta jóvenes, en su mayoría mujeres, forman casi militarmente junto al National Performing Arts Center. Realizan, monitorizados, ejercicios de relajación a fin de estar en forma para recibir por la tarde a los doscientos políticos y sesenta periodistas venidos de toda China para la inauguración del Festival 2012, que se desarrolla desde primeros de abril hasta el 30 de junio. En realidad no es más que un mayor grado de concentración, parecido a lo que se hace en Munich, de la sorprendente actividad de casi mil espectáculos anuales.

El Centro, inaugurado en 2007, fue diseñado por el arquitecto francés Paul Andreu, autor entre otros proyectos de los aeropuertos Charles de Gaulle, Shanghái o Abu Dhabi, responde a en su forma a una gran perla de doscientos diecisiete mil metros cuadrados en su interior, a la que rodea simulando su hábitat natural un lago de otros treinta y cinco mil, debajo de cuyo fondo de cristal se ubica la espectacular entrada al recinto. También dan idea de su tamaño los cinco estudios de ensayos –con seiscientos m2 el mayor-, sus 90 camerinos y sus 27 piano-rooms. Duplica la superficie del Kennedy Center de Washington y más que triplica al Lincoln Center neoyorquino. En él trabajan dos mil empleados, contando la orquesta y coro propios, cada uno de los cuales goza de un máximo de diez días de vacaciones al año, bajo un presupuesto de cincuenta y cinco millones de euros, inferior a los cercanos a sesenta y cinco mil del Teatro Real de Madrid o el Liceo de Barcelona. Las diferentes administraciones públicas aportan un 25%, la taquilla un 60% y el resto proviene de esponsorizaciones. Sus casi mil espectáculos anuales se desarrollan en cuatro salas: la ópera de dos mil cuatrocientas localidades, la sala sinfónica de dos mil, el teatro de mil y la sala polivalente de quinientas. Un aforo total de seis mil personas para llenar a diario, con precios máximos de unos 80 euros y una ocupación del 75% a pesar de que aún no han introducido el sistema de abonos.

Se trata del mayor proyecto cultural de China y una muestra del cambio producido desde la superación de la Revolución Cultural. Ahora la ópera occidental está de moda. Sienten la necesidad de conocerla y de dar a conocer internacionalmente cómo ellos la abordan. Son enormes sus ansias de aprender, de rodearse de los mejores artistas extranjeros y de absorber sus conocimientos. Para Chen Ping, su presidente, “calidad de primera clase, profesionalidad y cohesión en los equipos” son las premisas. El centro pone en pie unas 20 producciones al año, de ellas entre 6 y ocho nuevas, y ha de impartir antes alrededor de cien clases para educar la audiencia. Ésta se aleja de los estándares occidentales: se entra, sale o cambia constantemente de sitio durante las representaciones y no para de archivar en fotos y videos los espectáculos. Desde las alturas un técnico enfoca con un puntero laser las cabezas y las máquinas de quienes insisten en grabar.

La ópera se considera en sí como un acontecimiento cultural y no como entretenimiento, como sucede en muchos puntos de Europa. El repertorio abordado hasta la fecha revela claramente la filosofía del Centro: “Traviata”, “Carmen”, “Tosca”, “Turandot”, “Rigoletto”, “Elixir d’amore”, “Cenerentola”, “Barbero de Sevilla”, “Baile de máscaras” o “El murciélago”. Ésta última fue acometida con diálogos en chino y próximamente también será traducido el texto musical como forma de justificar políticamente el presupuesto anual. Están muy lejos de la intelectualización occidental de los espectáculos. Lo importante para ellos es que éstos lleguen al público. Es algo que no han sabido captar algunos de los representantes de nuestros teatros llegados a la convención anual para directores de óperas que se convoca anualmente. Así Miguel Muñiz, del Teatro Real, propuso un intercambio en base a “Mahagony” de la Fura y Joan Matabosch, del Liceo, en base a “Los cuentos de Hoffman” del regista Laurent Pelly. La dirección del centro rechazó ambas producciones por considerarlas totalmente apartadas de los gustos de la aún joven afición china. Sin embargo ya han llegado a acuerdos con otras instituciones, como la Scala o el Mariinsky de San Petersburgo. Con la ópera milanesa intercambiarán la primitiva “Aida” de Zeffirelli y “El huérfano de China”, una ópera local escrita al estilo occidental y muy popular allí. El Palau de les Arts valenciano parece mostrar interés por participar en una coproducción de “Otello”

El ya citado Festival cuenta con la asesoría artística de Giancarlo del Monaco, quien realiza dos producciones cada año. En la presente edición se produce un acontecimiento histórico: la primera puesta en escena de una ópera de Wagner tras la revolución cultural, viniendo también a anticipar el centenario del compositor. Como era lógico se ha seleccionado una de las más accesibles, “El holandés errante”, que será seguida por “Lohengrin”. La asesoría del famoso regista italiano, junto con el cargo más institucional de Pino Cuccia, quien fuera director artístico en la Maestranza sevillana, ha posibilitado que algunos profesionales españoles estén ya trabajando para el Centro. Así Jesús Ruiz, autor del vestuario del “Holandés” o José Luis Castro, que se encargará de la regia de unas próximas “Bodas de Fígaro”.

El NCPA es el pionero y gran centro cultural de China, pero en otras ciudades se empiezan a acometer proyectos de envergadura, muy al estilo de los años setenta en España, cuando se construyó la red de teatros y auditorios. El NCPA es consciente de las ventajas que le reportará poder ayudar a llenar de contenido los nuevos teatros que se pongan en marcha. Cuando la ópera entra en crisis en occidente como consecuencia de la penuria económica, se abre para ella la gran puerta china, con un pueblo ávido al que, eso sí, hay que saber conquistar. Y lo mismo cabe apuntar de Rusia, el segundo gran mercado en crecimiento con capacidad económica. El presidente Putin, oriundo de San Petersburgo y nada contento con el rumbo tomado por el Bolshoi, construye en su ciudad el que será el mayor teatro del país. Decía Steve Jobs: “Nos pasamos la vida queriendo que la gente compre lo que deseamos venderles. Vendámosles lo que ellos quieren comprar”. Este es el camino y no otro, aunque a algunos les cueste entenderlo.

Gonzalo Alonso, “la Ràzon”

 

May 12, 13, 14, 15, 2011 – “Tosca” – Pekin – China – Opera House of the National Center for the Performing Arts

Tosca offers frisson of excitement
“…we now have a brand new one directed by Giancarlo del Monaco, son of the tenor extraordinaire Mario del Monaco. For those who have only heard of the “three tenors”, Del Monaco was an icon before that generation. But the son, Giancarlo, holds his own place in the pantheon of opera, and you’ll immediately know how good he is when the curtain rises on Tosca.

The NCPA production stands out not only for its grandeur but also for the dramatic intensity it brings to the scenes. Along with NCPA’s La Traviata, this is the best Western opera I have seen on a Chinese stage. It hews to traditional style – many members of the Chinese audience are not ready for avant-garde interpretations and would want classic operas to be faithful to the authors’ original instructions. Yet, it is not forbiddingly imposing. It takes advantage of NCPA’s high-tech stagecraft, yet all the stage business is employed to serve the story and the music, never upsetting the dynamics of the central characters.

The set, designed by William Orlandi, deserves an award.

The church of Sant’Andrea della Valle in Rome, the setting for Act I, shows an exaggerated perspective that hints at that era and at the characters’ inflated anxiety.

Te Deum reaches the climax not with the chorus milling around the stage, as is the case with most productions, but with the set coming alive, so to speak. This subversion of the mobile and immobile on the stage builds on the tension, which enhances Puccini’s immortal music.

Del Monaco has great understanding of, and respect for, the music. Unlike some here in China, he does not make maneuvers that are inherently contradictory or irrelevant to the music. Whether it’s the actors or the scenery, any stage movements seem to be dictated by the music. His brilliance does not overwhelm. It just subtly wins you over.

The set for Act III got spontaneous applause even during a dress rehearsal. The way it dwarfs Cavaradossi before his execution provides a sharp contrast with Act I when he runs around in high spirits and seems to be a master of that space.

The denouement when pursuers corner Tosca, who jumps off a tall statue, right in front of the audience instead of the usual down stage, is a daring flourish of stage treatment. If only Tosca’s 5-meter fall were slowed down to achieve a slow-motion effect and completely clicked with the musical cue. That would have been perfect.

There are many things to savor in this production.

The performers’ total immersion in the roles makes it a dramatic experience that even opera novices can relate to. For connoisseurs, it is worth repeatedly viewing.

Did you notice that Tosca’s costume in Act II is almost identical to the one Maria Callas wears on the cover of her Tosca recording? What a nice homage to the greatest Tosca in operatic history.

NCPA’sTosca runs from May 12 through May 15 and features two rotating casts. For those who won’t be able to catch this first run, I’m sure they will bring it back soon.”

Raymond Zhou, “Daily China”, 14 maggio 2011

 

“Francesca da Rimini “, Riccardo Zandonai – Opéra National de Paris, janvier-février / January-February / gennaio-febbraio 2011

Prima volta di Francesca da Rimini dall’Opéra, guidata al successo dalla “cordata” Alagna-Oren-del Monaco.”
“… sul palcoscenico della Bastille andava in scena, per la prima volta in repertorio all’Opéra, Francesca da Rimini di Riccardo Zandonai, capo d’opera del teatro musicale italiano d’inizio Novecento (1914). Il libretto di Tito Ricordi si basa sull’omonima tragedia di Gabriele D’Annunzio e benissimo ha fatto Giancarlo del Monaco ad ambientare l’opera al Vittoriale, ultima dimora del Vate. Un mortifera atmosfera decadente percorre tutto lo spettacolo e la maschera funeraria del Vate è impressa sul sipario che chiude la scena tra gli atti e appare in trasparenza durante il primo. Il Medioevo della vicenda è filtrato e trasfigurato attraverso l’estetica di Klimt e Fortuny, con una vena sfrenatamente liberty e deliberatamente kitsch.

Del Monaco, regista sempre interessante, più che mai in questo genere di repertorio, conduce gli interpreti con mano abilissima, ricavando da ognuno una caratterizzazione di alto livello e concedendosi la libertà “librettistica” di fare del doppio omicidio finale un “affare di famiglia”.

Nicola Salmoiraghi – “L’Opera” – Marzo 2011

 

Saluons l’esprit défricheur du directeur de l’Opéra, Nicolas Joel : après Mireille, Mathis le Peintre, voici Francesca da Rimini (1914), partition nouvelle qui fait donc son entrée au répertoire de la Maison parisienne. C’est une fresque médiévale et vériste d’après la tragédie fleuve de D’Annunzio (lui-même inspiré de Dante). La mission de l’Institution est aussi de nous offrir de superbes découvertes, la partition de Riccardo Zandonai, en est une. Et de taille.
Passons les nombreuses critiques infondées quant aux soit-disantes “kitcheries” confuses, inutiles et insupportables de la mise en scène et des décors: il suffit de lire 3 lignes du livret programme, -toujours d’excellente qualité éditoriale-, pour comprendre et mesurer la cohérence de la réalisation.
C’est un choix visuel qui prend son sens dans le respect de la partition et par référence à sa genèse… Le metteur en scène, Giancarlo del Monaco, fils du ténor Mario del Monaco -lequel chanta le rôle de Paolo-, inscrit l’ensemble du dispositif scénographique dans le sillon de la source littéraire dont émane l’opéra de Zandonai: partout l’image et la figure du poète Gabriele D’Annunzio sont implicitement présentes.

Chez D’Annunzio
Sur l’immense voile de scène d’abord, où son masque mortuaire paraît, semblant flotter dans l’espace et dormir du sommeil des justes; l’effigie paraît aussi dans la chambre de Francesca (III et IV)… C’est aussi, surtout, le décor de la villa du poète italien, dénommée Il Vittoriale degli Italiani, qui est reproduit littéralement: monumentalisme néopompéien, en noir, rouge et or, avec ses marbres antiques et ses statues alanguies de la Renaissance… Le lieu où vécut D’Annunzio dans une ambiance d’antiquaire et de collectionneur (en particulier le lit du poète surplombé par une allégorie nue de Michel-Ange) y est explicitement évoquée. Tout le climat érotique et fantastique, symboliste et “décadent”, propre à l’artiste, s’affirme ici.
Il rappelle l’oeuvre poétique de D’Annunzio à son époque, qui est une relecture du mythe médiéval de Francesca da Rimini, … sous le filtre des images et des thèmes chers au mouvement Liberty italien: raffinement des images, accumulation des références historiques et esthétiques, éclectisme stylistique, mystère, allusion, mais aussi brutalité et cruauté… Cette distanciation historique justifie d’emblée l’idée de transposer l’action de l’opéra, non pas dans ce Moyen Age inspiré de Dante, mais bien à l’époque de D’Annunzio.
D’autant que Zandonai reste frappé par le texte de D’annunzio: c’est moins le sujet légendaire que la propre vision du poète, ample pièce de 5 actes qui inspire son idée d’écrire un opéra tragique. Après un arrangement d’un montant de… 20.000 lires, les droits furent cédés et les espèces négociées, versées dans la cassette du poète. Le texte original fut soumis à un régime minceur pour entrer dans le format lyrique: l’intrigue gagna en rapidité, précipitation, impact et contrastes. Le résultat nous est offert sur la scène parisienne avec un brio indiscutable.

Tout prend alors un sens dans ce jeu de références, où Giancarlo del Monaco souligne l’attraction de la figure de D’Annunzio dans le travail du compositeur: visuellement, les parfums entêtants voire dérangeants du style Liberty marquent l’ensemble de la réalisation: au néoclassicisme du palais Malatesta dont nous avons parlé, répond exacerbation des couleurs des costumes (bleu nuit pour les deux jeunes gens), l’opulence des étoffes (qui couvre la table du repas au IV…), cet orientalisme néo antique à la Alma Tadema, cet éclectisme propre au tournant des deux siècles (XIX/XXè)… créé en 1914, l’opéra de Zandonai en exprime alors l’ultime essor.

Découverte majeure
Tout cela souligne le souffle souvent pompier voire grandiloquent pour ne pas dire hollywoodien de certaines pages, qui n’empêchent pas cependant, l’atmosphère plus éthérée d’autres, réellement très réussies comme le duo des amants maudits (dans la chambre de Francesca au III): ce wagnérisme vériste, revisitant Puccini, Strauss et Debussy, pas moins… et aussi Massenet.
A la langueur extatique des pages amoureuses, soulignons la justesse des duos de Francesca avec sa soeur (I), avec sa suivante (début de la dernière scène au IV): ici et là, expression angélique de féminités juvéniles et meurtries, frustrées et impuissantes.

Voici un opéra de langueur, où l’amour est un poison vénéneux qui embrase et brûle les coeurs qu’il attise. Désirante, mariée contre sa volonté à un homme qu’elle n’aime pas, Francesca se languit d’une vie meilleure en évoquant comme un mélopée douloureuse l’union illégitime, moins du couple mythique Tristan/Yseult que celui de Lancelot avec la Reine Guenièvre… pourtant mariée (elle aussi) au Roi Arthur. Ici les légendes se mêlent: il y a évidemment un parallèle poétique entre Francesca/Paolo/Giovanni, et Guenièvre/Lancelot/Arthur, sans omettre Yseult/Tristan/Mark…

Tout est perçu à travers les yeux et l’esprit de Francesca: c’est pourquoi le premier tableau qui est celui de la rencontre de Francesca et de son futur époux, Giovanni Malatesta (le Boiteux), devient celui idyllique, fleuri, fantasmé, de Francesca et de Paolo (le beau): verger fleuri et salon d’hiver très encombré, l’espace se fait chambre des futurs amants. C’est à peine si le metteur en scène précise qu’il s’agit en définitive d’une tromperie: Francesca, princesse de Rimini, a accepté ce mariage avec le clan Malatesta en pensant qu’elle épouserait le Beau, et non le Borgne… on comprend désormais sa rancoeur et l’envie d’en changer.

Côtés voix, la nouvelle production de Bastille est proche de l’excellence: difficile de regrouper d’aussi passionnants chanteurs. D’abord, le couple des frères ignobles et pervers: Giovanni et Malatestino. Ames possédées par la barbarie guerrière, le Boîteux et le Borgne sont des tares humaines; ils apportent en particulier dans les actes III et IV, cette couleur de la cruauté sadique: le premier est un infirme en fauteuil mais non moins dominant sanguin (mordant et félin George Gagnidze); le second bossu (impeccable William Joyner) louvoie, courtise (Francesca), et décapite (pendant la scène du repas) ce rival gibelin, fait prisonnier après la bataille du II… Zandonai réserve au 3è fils Malatesta, un épisode prosodique saisissant quand Malatestino dénonce à l’époux, la relation coupable de sa femme avec Paolo… grand moment de vérisme shakespearien, revisitant Verdi et Puccini (fin de la scène dans une salle du palais, au IV).

Face à ce couple noir, les deux amants “nocturnes” sont exaltés, beaux, voués au monde de la nuit: Francesca et Paolo fusionnent en une extase suspendue pendant tout le tableau de la chambre de Francesca (II) où Zandonai renouvelle l’acte extatique du Tristan Wagnérien…Voix puissante et jamais couverte par l’orchestre (pourtant omniprésent, y compris sur scène), Svetla Vassileva sait compenser son manque de subtilité et de phrasé par un timbre chaud et opulent: c’est aussi une actrice naturelle qui rappelle combien Zandonai écrit certes un rôle vocalement écrasant mais exige aussi un vrai tempérament théâtral pour incarner Francesca, personnage initialement façonné par D’Annunzio pour sa muse et maîtresse, l’actrice Eleonora Duse.
A ses côtés, figure de la vaillance lumineuse, embrasée aussi par ce post romantisme byzantin et oriental propre à l’esthétique début du siècle, Roberto Alagna proclame avec de vrais moyens et une technique infaillible, cet amour sensuel auquel rien ne résiste; et Francesca s’enflamme dans ses bras, consciente de l’adultère commis, mais si heureuse toute abandonnée à cet idéal qui est le vrai sujet de l’opéra: fusion des êtres, langueur et volupté empoisonnée, d’une irrésistible attraction, selon le modèle de Zandonai dans ce domaine, Wagner et son Tristan magicien.

Dans la fosse, Daniel Oren déploie une énergie évidente pour ciseler l’orchestration flamboyante de la partition: solo de violon et de contrebasse, flûtes et hautbois, mais aussi percussion à l’envi, … l’Orchestre national de l’Opéra de Paris montre à nouveau un niveau captivant. Rugissements, rythmes opiniâtres, accents vaporeux… l’éclectisme hyperactif de la fosse diffuse ses parfums envoûtants comme un encensoir. Le public applaudit non sans raison cet intense moment de théâtre vocal qui est aussi une grande découverte musicale.

Alexandre Pham, CLASSIQUENEWS.COM, 04/02/2011

 

“Alagna resucita en Paris”

Gabriele D’Anunnzio, autor entre otras obras de «El Inocente» llevado al cine por Visconti, fue un personaje peculiar en todos los sentidos. Sus escritos, tan originales como potentes y decadentes, discurrieron paralelos a su vida. En el lago Garda, donde se refugió al final de su vida, construyó una casa llena de objetos imposibles. Mussolini le apoyó en su adquisición a cambio de que a su muerte todo pasase al Estado italiano. Así sucedió y hoy es un museo único en su género, empezando por el enorme barco junto al jardín.

Fiel al jardín original

Es en esta casa a donde Del Monaco traslada la acción de la novela de D’Annunzio basada en un episodio de «La divina comedia» de Dante, originalmente situada en el medioevo. Precioso en colorido y detalle, enormemente fiel al jardín original de aquella casa, el decorado del primer acto, que suscitó «¡Oh!» entre el público. Un par de estancias del interior de la mansión acogen las otras cuatro escenas que Del Monaco maneja con su habitual instinto dramático. La ópera de Zandonai, llena de violencia y muy rica teatralmente, posee una música a medio camino entre el postpuccinismo y el postwagnerianismo. Fue una pena que la familia de Puccini no aceptase que Zandonai acabase su «Turandot» porque posee más fuerza que Alfano. Daniel Oren extrajo sus múltiples colores con una orquesta que va ganado puntos desde que cuenta con un director titular. Cuatro son los personajes principales. El Malatestino de William Joyner no es para nada el jovenzuelo de pequeña estatura que indica el texto, sino un gigante de dos metros, a quien no acompañan en la misma medida los agudos que requiere la parte tenoril.

El barítono George Gagnidze sí que en cambio reúne la característica principal para Giovanni, el deforme y ultrajado marido e Francesca, que no es otra si no un caudal poderoso. Roberto Alagna, desterrado de La Bastilla durante años, se enfrenta a una parte escrita para un tenor de mayor peso vocal del suyo, pero se encuentra en plena forma y supera la prueba con notable, lo que pocos podrían lograr hoy. Svetla Vassileva, a quien se escuchó en Madrid en sus inicios en «Traviata» y en Sevilla en «Trovador», ha evolucionado muy positivamente hasta poder encarnar un papel pensado para una gran actriz-cantante tipo Olivero o Scotto. París bien vale una misa y más si media una obra tan interesante y difícil de ver como ésta.

Gonzalo Alonso – La Razón – 4 Febrero 2011

 

Interview Giancarlo del Monaco – Opéra Magazine n° 58 – janvier / January / gennaio 2011. Propos recueillis par Pierre Cadars

-Quelle place « Francesca da Rimini » occupe-t-elle dans votre parcours artistique personnel ?

Je garde un souvenir très fort des représentations de la Scala, en 1959, sous la direction de Gianandrea Gavazzeni où mon père, Mario del Monaco, avait Magda Olivero pour partenaire. C’est un opéra qui me tient à cœur et j’ai mis en scène une première fois à Karlsruhe, en 1986, avec Mara Zampieri dans le rôle-titre. La production que vous verrez à Paris vient de Zurich où elle a été créée en 2007.

– Vous avez fait le choix d’y évoquer constamment la présence de Gabriele d’Annunzio…

Ma mise en scène présente « Francesca da Rimini » comme un rêve du célèbre poète. Son masque mortuaire apparaît sur le rideau de scène et les décors de Carlo Centolavigna reconstituent les ambiances si particulières du Vittoriale, sa villa surplombant le lac de Garde, avec ses bibelots, ses objets précieux et ses moulages de sculptures anciennes. La pré-Renaissance et le style 1900 sont intimement liés, y compris dans le choix des costumes. Au premier acte, on découvre un jardin avec de vrais arbres, des statues et des milliers de fleurs. Cela ne pourra que déplaire à ceux qui ne supportent pas qu’un opéra soit ainsi replacé dans le cadre esthétique de l’époque de sa création !

– La décision d’inscrire au répertoire « Francesca da Rimini » à l’Opéra National de Paris n’a pas manqué de surprendre…

C’est tout à l’honneur de Nicolas Joël – qui connaît remarquablement l’Italie – de défendre ce répertoire mal aimé. En France surtout, il y a encore un snobisme dominant qui considère toutes les œuvres assimilées au vérisme comme nulles et vulgaires. Cette haine de certains intellectuels ne date pas d’aujourd’hui. Elle conduit malheureusement à négliger, voire à ignorer, une part importante de l’histoire de l’opéra. La saison prochaine, je reviendrai à la Bastille pour « Cavalleria rusticana » et « Pagliacci », deux chefs-d’œuvre. Si les snobs n’apprécient pas, tant pis pour eux ! Je compare le théâtre lyrique à un grand gâteau. Chacun des morceaux a son importance et je ne vois aucune raison de se goinfrer de baroque, en faisant systématiquement la fine bouche devant tout ce qui a été produit en Italie entre, disons, Ponchielli et Respighi, « La Gioconda » et « La fiamma ». Ainsi, « Mefistofele », « Iris », « Andrea Chénier » ou « L’amore dei tre re », pour ne citer que quelques titres, sont loin d’être des œuvres mineures. J’aimerais bien, par exemple, mettre un jour en scène « Isabeau ». Mais voilà : il est plus facile aujourd’hui de trouver quarante contre-ténors qu’un bon interprète de Mascagni !

– On vous sent souvent à contre-courant de certaines tendances actuelles de la mise en scène…

Le terrorisme qu’exercent plusieurs de mes confrères m’est insupportable. La volonté de choquer par principe m’est étrangère. Si la musique dit que les fleurs doivent chanter, je ne vois pas pourquoi je montrerais deux personnes faisant l’amour sur le toit d’une église ! On assiste parfois à des spectacles où le public n’a même plus le courage de rouspéter. Or, pourquoi aller au théâtre si c’est pour fermer les yeux ?

 

INTERVIEW PETER GELB / Director General de la Metropolitan Opera de Nueva York:
“(…) Al espectador hay que darle producciones con grandes directores y diseñadores que estén interesados en tratarlas como algo del presente, no del pasado. Yo quiero y busco directores que sepan conectar con el espectador, que conquisten su sensibilidad y que muestren algo que antes no se haya visto sobre un escenario. Tenemos el ejemplo de ‘‘La fanciulla del West’’ de Giancarlo del Monaco (2010, llena de acción hasta en los coros que conecta lo que sucede en el patio de butacas con el público. Los mejores directores, para mí, son los que saben contar grandes hitsorias y creen en ellas. La única forma de que la ópera tenga un futuro es hacer día a día que el presente funcione. El mayor riesgo de todo es no hacer nada”.
“La Razón”, 28/02/2011

etc…

MADAMA BUTTERFLY – Festival Opera de Tenerife – 2010
“Puro y gran teatro. Giancarlo del Monaco apuesta por sacar a la luz toda la sordidez del texto y lo logra sin traicionar la ópera y sin que precise ninguna aclaración para la comprensión de las novedades que se suceden en escena.”

 Gonzalo Alonso – “La Razón” – 25/10/2010

DON CARLO – ABAO-OLBE Bilbao – 2010
“La firma de Giancarlo del Monaco es siempre una garantía. Si se posee inteligencia, se conoce, no ya los libretos, sino cómo los compositores quisieron contarlos en sus músicas y se desea ser fiel a ello, siempre se lograrán propuestas escénicas cuanto menos razonables.” 

Gonzalo Alonso, “La Razón”, 19/09/2010

SIMON BOCCANEGRA – Teatro Real, Madrid – 2010
“El Teatro Real culmina la temporada con una representación canónica recibida con agradecimiento. Inteligentemente, Giancarlo del Monaco aplica al lóbrego relato una dosis generosa de claridad; la esbelta y triunfal base arquitectónica de potente blancura se adapta al énfasis del trono o a la solemnidad del consejo, y también sirve de sobrio y diáfano marco a los encuentros íntimos. Igualmente, las figuras destacan en la amplitud del espacio, tanto en subien recortada individualidad como cuando irrumpen masivamente en su condición de
pueblo inquieto o soldadesca marcial.”

Álvaro del Amo – “El Mundo” – 18/07/2010

LA VIDA BREVE – CAVALLERIA RUSTICANA – Palau de les Arts Reina Sofia -Valencia – Spain – 2010
“Del Monaco es uno de esos directores de escena que justifican un viaje para ver sus nuevas propuestas. Sirve también para ello la versión musical rotunda y entregada de ese
magnífico maestro que es Lorin Maazel.”
Cosme Marina, “La Nueva Espaňa” “lns.com” – 01/04/2010

“Giancarlo del Monaco confirmó que el verismo admite una lectura descontextualizada, en la que lo dramático se imponga a lo decorativo. (…) En pocas ocasiones, la obra de Falla habrá alcanzado un grado de penetración semejante ni el espectador habrá recibido una bofetada de emoción tan rotunda.” Alberto González Lapuente, “ABC”, 27/03/2010

ANDREA CHENIER – Teatro Real – Madrid – 2010
“Giancarlo del Monaco ha construido una producción deslumbrante que si en el primer acto comunica con elegante ironía la decadencia del Antiguo Régimen, en el segundo y sobre todo en el tercero -durante el juicio en el Tribunal Revolucionario- transmite todo el fervor callejero y mucha de la furia institucional del Terror. Lo hace con una escenografía poderosa e impactante que comulga a la perfección con las tonalidades de una música que va incrustando los propios aires del «Ça ira! Ça ira!». … formidable trabajo”.
“Carta del Director” Editorial : Pedro J. Ramirez – “El Mundo”, 14-02-2010

“Andrea Chénier” conquista il Teatro Real grazie alla spettacolare produzione di Giancarlo del Monaco (…) che è tornata a stupire con la sua spettacolarità di taglio cinematografico, con i suoi movimenti scenici e la sua ironica visione della nobiltà, nonché la perfetta definizione di ciascun personaggio. Uno spettacolo realmente brillante. Rafael Banús, « l’Opera », Marzo 2010

OTELLO, Rossini – Opéra de Lausanne – 2010
« Un spectacle éblouissant… Le metteur en scène Giancarlo del Monaco s’autorise une fascinante fantasmagorie surréaliste. Séduisant et efficace. »
Matthieu Chenal, “24 heures”, 23 février 2010

DON GIOVANNI – Festival d’Avenches – Suisse – 2009
“Ciò che fa la differenza nello spettacolo di del Monaco sono soprattutto la coerenza e il rigore teatrale con cui è portato avanti e che, più che in altri casi, in questo lavoro si riscontrano a tutto tondo Grande successo di pubblico.” 
Silvia Campana, “L’Opera”, settembre 2009

LA FANCIULLA DEL WEST – Teatro de La Maestranza – Sevilla – Spain – 2009
“… la mejor producción escénica de los ultimos cinco aňos del Maestranza.
Claro que se trata de Giancarlo del Monaco, para mí el mejor director de escena operístico de la actualidad. Su concepción, como todas las suyas que en este teatro hemos visto, parte siempre de la música, de sus pulsos y ritmos, de sus necesidades y exigencias. La dirección de actores es detallista hasta el infinito y la conceptión plática va siempre acompasada al discurso sonore, a favor de él y no en contra o al margen, como suele ocurrir tantas veces.
Andrés Moreno Mengíbar, “Diario de Sevilla”, sabado 21 de marzo de 2009

“Puccini en versión «western» . “Una crítica de ópera no debería empezar por la escena salvo en circunstancias excepcionales, y ésta lo es. La soberbia dirección de intérpretes casi lo obvia. Los contundentes y adecuados decorados, así como la cuidadísima iluminación -¡que preciosidad el final del primer acto!- completan la que es una de las producciones escenográficas más redondas de las vistas en los últimos años en España.”
Gonzalo Alonso, “La Ràzon”, 23 Marzo 09

“The stage sets are gorgeous and magnificently suited to the demands of the libretto…Del Monaco has been always an outstanding stage director and in this opera he is at his best.” José M Irurzun, « Musicweb »

“Giancarlo del Monaco triunfa en el Maestranza con “La Fanciulla del West”
Una espectacular puesta en escena de Giancarlo Del Monaco que cautivó a los espectadores desde el primer momento.”
David Cuesta, « adn.es » – Sevilla, Domingo, 29 de marzo de 2009

“Producción espléndida… Gran parte del mérito es de la contumaz dirección escénica de Giancarlo del Monaco. Conoce perfectamente -y de nacimiento- el mundo de la ópera, así que está inmunizado contra las sandeces con las que tantos llamados directores de escena nos trufan cuando se acercan a la ópera.” Carlos Tarín, “ABC”, 22 / 3 / 2009

SIMON BOCCANEGRA – Opernhaus Zürich – 2009
“(…) Nessun movimento è lasciato al caso e, con la maestria dell’uomo di teatro, del Monaco centra e mette a fuoco i vari personaggi scatenando un’alchimia avvicente e scenicamente dominante. (…) Applausi per uno spettacolo che, nato per “il teatro”, trovava in questa magica parola la sua miglior definizione.” Silvia Campana, “L’Opera”, febbraio 2008

“Un antológico «Simon Boccanegra» . Cada detalle escénico, aunque resulte obvio que poca parte del público puede llegar a penetrar en tanta sutileza. Así, con profundidad en los caracteres, textos y música es como ha de servirse la ópera. ¡Qué gran noche de ópera! ». Gonzalo ALONSO – “La Razòn” – 16/01/09

MEFISTOFELE – Teatro Massimo di Palermo – 2008
“Palermo : geniale, ironico e spettacolare il bellissimo allestimento di Giancarlo del Monaco per il Mefistofele che ha inaugurato la stagione del Teatro Massimo.”

Sicuramente, piace moltissimo a Giancarlo del Monaco che ha creato uno spettacolo indimenticabile… ha dato vita ad un allestimento intelligente, divertente, pensato, mai banale e ad alto tasso di spettacolarità. Un spettacolo davvero straordinario. Succeso entusiastico da parte del pubblico.” Nicola Salmoiraghi, “L’Opera”, Marzo 2008

LA FANCIULLA DEL WEST – Teatro dell’Opera di Roma – 2008
“Eccellente la regia di Giancarlo Del Monaco, realizzando uno spettacolo assai bello, pieno di spunti e di idee, nel quale la narrazione scorre fluida… Un vero godimento per i fortunati spettatori che hanno tributato numerosi e calorosi applausi agli artefici (tutti italiani !) di questa splendida serata.”
Michele Bollettieri, “La Gazetta del Mezzogiorno”, 10 Aprile 2008

“Curata e dinamica la regia di Giancarlo Del Monaco, ricca ma mai pleonastica con un allestimento pieno di poesia in tutti e tre gli atti. Un realismo scenico che ha giovato all’opera diretta con la consueta maestria.”

Lorenzo Tozzi, “Il Tempo” , 10 aprile 2008 “Giancarlo Del Monaco is responsible for the production, a miracle of economy of gesture and movement, the costumes, fairly conventional cowboy but very effective, and sets, which are, quite simply, spectacular. A wonderful evening” . John Fort, “www.wantedineurope – Opera review”, 09/04/2008

”Il dramma viene situato in un contesto chiaramente ispirato ai film Western in technicolor del periodo tra gli Anni Quaranta e gli Anni Sessanta. Ricostruzione minuta del saloon, del villaggio, delle montagne innevate. Tormenta di neve in scena. Cavalli veri. Sparatorie. Dissolvenze. Cielo rosso nel finale. Molto curati i dettagli come sempre nelle regie di Giancarlo Del Monaco (…). Come afferma prepotentemente la musica, la scena è fortemente passionale”
. Giuseppe Pennisi, « Operaclick », 9 Aprile 2008

MANON LESCAUT – Oper Leipzig – 2008
“La nuova messinscena di Manon Lescaut di Puccini all’Opera di Lipsia ha tutte le possibilità di venire eletta produzione dell’anno, poiché qui sia musica che scena erano sullo stesso, altissimo livello. Sia le scene intime che quelle di massa sono disegnate dal regista con mano sicura e fiuto sensibile. (…) Il pubblico della “prima” onorava questa serata eccezionale con applausi entusiastici”.
Bernd Hoppe, “L’Opera”, Luglio / Agosto 2008

“Grande successo della nuova produzione di “Manon Lescaut” firmata da Giancarlo Del Monaco per l”Opera di Lipsia. Del Monaco ‘serve’ la musica ; meglio : il suo teatro nasce dalla musica e così nascono i suoi personaggi. Realizza una regia dei personaggi eccezionale, sino all’ultimo dei coristi (…). Tutta la serata conduce il regista nella realizzazione di eccezionali dettagli (…). Il pubblico recepisce il grande livello dello spettacolo, quasi trenta minuti di ‘Standing Ovation’ parlano molto chiaramente. Giubilo senza limiti.”. Peter Korfmacher, Leipziger Volkszeitung, 10 maggio 2008

CAVALLERIA RUSTICANA & I PAGLIACCI – Teatro Real – Madrid – 2007
“Una gran noche de ópera italiana. Giancarlo del Monaco demuestra que el género no necesita de “audacias” escénicas caprichosas, sino de hacer las cosas con inteligencia y propiedad, conociendo música y texto y respetando lo que los autores escribieron. Del Monaco logra aquí uno de sus mejores trabajos y marca hito en cuanto a interpretación escénica.”
Gonzalo Alonso, “La Razón”, 16/02/2007 ”Los genes el genio. Los antropólogos, psiquiatras y sociólogos coinciden en que los genios nacen ya con la configuración genética precisa para que tal sean. Ese debe ser el caso del veneciano Giancarlo del Monaco, quien por sus venas y arterias corre sangre de la más pura esencia de la lírica.” EMECE, El Diario Vasco, 17/02/2007

« … On ne peut que s’incliner devant le métier de Giancarlo del Monaco et ses intuitions dans la direction d’acteurs. Giancarlo del Monaco confère à chaque geste, chaque attitude, une force fulgurante… »
Richard Martet, “Opéra Magazine”, avril 2007

OTELLO – Rossini Festival – Pesaro – 2007
“Giancarlo del Monaco è intelligente e sempre interessante uomo di teatro e l’idea di questo muro semicircolare decorato da un cielo magrittiano e dalle onde del mare, su cui si istoriano una serie di porte che si aprono e chiudono in continuazione e da cui i personaggi entrano ed escono quasi in preda ad un moto perpetuo, spia delle loro nevrosi, al momento affascina e conquista.”
Nicola Salmoiraghi, “L’Opera”, settembre 2007

WOZZECK – Teatro dell’Opera di Roma – 2007
“Un’edizione davvero esemplare. Gianluigi Gelmetti, direttore, Giancarlo del Monaco, regista e autore di bozzetti e figurini. Questi parte da una considerazione geniale : la regia del “Wozzeck” è perfetta da Berg attraverso la pronuncia della parola, le pause, le inflessioni verbali che la musica attribuisce, il rapporto di questo col reticolo orchestrale il quale, a onta dell’esser costruito secondo forme “assolute”, è al tempo stesso potento gesto drammatico. Allora la regia non deve calarsi sopra quella già fatta da Berg, o Dio liberi calarsi aggiungendo simboli, spostando l’epoca, etc… deve lavorare per sottrazione, scavando attorno al testo di Berg affinché esso sia circondato il più possibile di vuoto.”

Paolo Isotta, “Il Corriere della Sera”, 28 ottobre 2007


SIMON BOCCANEGRA – Metropolitan Opera House – New York – 2007

« Une mise en scène magnifique qui concourt à rendre encore plus saisissant le drame qui se joue sur scène. La mise en scène de Gian Carlo del Monaco est absolument somptueuse, dans la plus grande tradition du Met. Il signe une production très réaliste dans ses plus infimes détails, au point que le public a vraiment l’impression d’être au centre de l’action. »
Manon Ardouin, “Concertonet.com”, The classical music network, February 2007


ANDREA CHENIER – Teatro Comunale di Bologna – 2006

“Impeccabili regia, scene e costumi de del Monaco. Giancarlo del Monaco, figlio di Mario il bronzeo tenore, è un “regista di idee” : quelli, come recita luogo comune, “che fanno discutere”. Impeccabile.”
Alberto Cantù – Il Giornale – 17/01/2006

 

LES CONTES D’HOFFMANN – ABAO Opera Bilbao – 2006
“Si estos “Cuentos de Hoffmann” han supuesto el mayor éxito de la temporada de la ABAO se debe fundamentalmente a la labor de Gian Carlo del Monaco. Estamos ante un regista serio, profundo conocedor, tanto teatralmente como musicalmente, de las obras que aborda y
que sorprende por su versatilidad.”
Gonzalo Alonso, “La Razon”, 08/05/2006
“… Una gran noche de ópera en la que los aciertos convencieron y acabaron entusiasmando al público. “Los cuentos de Hoffmann” el mayor éxito de público de este curso lírico. La visión que de esta obra aporta Giancarlo del Monaco, de rasgos conceptuales, sumerge a Hoffmann en un torbellino emocional.”
Cosme Marina, “ABC”, 14/05/2006

“Realmente fue una puesta en escena brillante en lo teatral, con multitud de referencias estéticas.”
Javier del Olivo, “Mundoclasico.com”, 12/05/2006

“Excellent work by Giancarlo del Monaco… extremely careful definition of the characters and efficient directing of the actors which brings out the best in them… An absolute triumph…”

El Pais

EUGEN ONEGIN – – Palacio de Festivales de Cantabria – Santander – 2006
”Giancarlo del Monaco (…) posee además una característica sorprendentemente nada común en la profesión : se sabe las óperas como el propio compositor. Ambas cualidades le permiten enfocar sus trabajos como hoy hay que hacerlo, contando las historias con originalidad, atrevimiento,con un gran componente teatral, muy intelectualmente si se quiere, pero respetando siempre el fondo de las mismas.” Este «Eugenio Onegin» es posiblemente una de las producciones más redondas que se hayan exhibido en España en tiempo”

Gonzalo Alonso – “La Razon”- Domingo. 19 de noviembre de 2006

ANDREA CHENIER – Teatro Massimo di Palermo – 2005
“Giancarlo del Monaco firma regia, scene e costumi. Uno spettacolo di grande forza visiva
e di indubbia efficacia drammatica.”
Giovanni La Barbera, “La Repubblica – Palermo”, 18 marzo 2005

“Il famoso regista, qui autore anche di scene e costumi, esprime idee interessanti e le delinea coniugando al meglio tradizione e modernità, ponendo molta cura nei dettagli pur tuttavia mantenendosi su una linea di sobria essenzialità. Molto efficace. (…) Ovazioni per la coppia protagonista Armiliato – Dessì e per il regista Giancarlo del Monaco.” Danilo Boaretto – “Operaclick”

MADAMA BUTTERFLY – Teatro de la Maestranza – Sevilla – 2005
“Además, un director de escena realmente genial, dominador absoluto del mundo lírico a la hora de imprimir ritmo y progresión dramática a un titulo que, ya de dépor sí, es muy estático y muy camerístico. Sublime el trabajo de Giancarlo del Monaco en este trabajo de firma, un hombre que lleva pentagramas puccinianos y montajes escénicos hasta en su y particular ADN familiar.” Ramón María Serrera, “ABC”, Miércoles 11/5/2005

“El maestro italiano recala ahora con este montaje de Madama Butterfly que refleja a la perfección su arte sutil, imaginativo, atrevido y siempre genial. Cada movimiento, cada detalle, cada gesto es una muestra de la perfecta compresión dramática de la melodia. Trabajo ejemplar. Del Monaco, un auténtico animal de teatro es, quizá el director de escena contemporáneo que mejor domina el hecho musical. (…) la auténtica calidad exige siempre trabajo y exigencia – dirección de este genio operístico de nuestro tiempo que es el siempre bienvenido Giancarlo del Monaco.”
Justo Romero, “El Mundo”, Sabado 7 de Mayo de 2005
LA FANCIULLA DEL WEST – Teatro Regio di Torino – 2004
“Grande efficacia scenica : Quando la regia è di Giancarlo del Monaco, che unisce professionalità, intelligenza e conoscenza musicale, l’opera -spettacolo cui sovente si addebita la staticità degli interpreti o trasposizioni incomprensibili – si trasforma in autentico teatro,
con risultati cinematografici e persino poetici..”
Walter Badasso, “La discussione”, 28/01/2004

“Un western in piena regola, con l’apporto di un istruttore stuntman come al cinema. Opera-
film congrandi scazzottature … Tutto bene sul piano visivo”.
Alberto Cantù, “Il Giornale”, 27/01/2004

“Spettacolo di memorabile bellezza, curato in ogni particolare e attento a restituire, con naturalistica evidenza, un clima espressivo ispirato alla grande tradizione del cinema western… Del Monaco anima lo spettacolo con una regia che fa comprendere come il gesto di ciascun personaggio agisca in correlazione strettissima col testo drammatico nel dar vita a situazioni sceniche di movimento impatto realistico. Il canto di conversazione pucciniano prendre così vita dalla recitazione, teatralizzandosi in maniera compiuta, divenendo musica delle parole che insegue il rapido susseguirsi dei fatti mimando i particolari dell’azione drammatica stessa.

 Sembra di trovarsi nel bel mezzo del set cinematografico di un film. Il grandioso scenario della California dei pionieri rivive dunque in questo spettacolo nel segno di una teatralità di trascinante presa visiva scenica-registica, realizzando con completezza quel realismo idealizzante tipico delle poetica musicale pucciniana.”
Alessandro Mormile, “L’Opera, febbraio” 2004

 

ANDREA CHENIER – Teatro Comunale di Bologna – 2004
“Il regista Giancarlo del Monaco, figlio di Mario dal bronzeo squillo, ha fatto un altro centro – e centro pieno – con Andrea Chénier. Il nuovo Chénier di del Monaco in trinità di regia, scene, costumi . Un successo calorosissimo. Regia attenta alla “verità” di figure e figurette.”
Alberto Cantù, “Il Giornale”, 16 febbraio 2004

“Del Monaco traduce subito la sua filosofia, conoscenza sia musicale sia del periodo storico della Rivoluzione francese, in simbolismi, attingendo pure alla pittura astratta. W.B., “La Discussione”, 17 febbraio 2004

“Gran successo per l’Andrea Chénier come alla prima della Scala del 1896″.
”Diario”, 19 febbraio 2004

“Grazie al bell’allestimento di Giancarlo del Monaco e all’ottimo terzetto di protagonisti si è infiammato il pubblico del Teatro Communale. Lo spettacolo firmato in toto – regia scene e costumi – da Giancarlo del Monaco, non esce dal consacrato solco della tradizione, inevitabile ed irrinunciabile in un’opera dal contesto storico così preciso. Si tratta si un allestimento capace di filtrare, attraverso una sintesi precisa di riferimenti, tutta un’epoca ed una serie di avvenimenti. Un spettacolo che trovato il consenso unanime del pubblico.”
Andrea Merli, “L’Opera”, marzo 2004

 

etc..

“La Fanciulla del West”- Israeli Opera Tel Aviv. “Il regista Giancarlo Del Monaco da’ all’opera una dimensione cinematografica e mette in scena immagini realistiche convincenti. Distribuisce e sparge in modo sorprendente il coro e lo usa per creare delle scene hollywoodiane. Si tratta di una produzione incantevole sia dal punto di vista visuale che musicale.” 
Eliakim – “Yaron Maariv”

“Qual e’ il motivo del successo di questa produzione? Prima di tutto le bellissime scene e la bellissima regia. Esemplare.”
Omer Shomroni – “Globes”

“Les Contes d’Hoffmann” – Teatro dell’Opera – Roma. « I Racconti allestiti a Roma sono uno dei migliori spettacoli almeno della stagione italiana… del Monaco comprende come di questo Romanticismo meticcio per luoghi così come l’adorato Offenbach si sentiva un senza-patria più che non lo fosse, comprende come il grotesco sia elemento essenziale. » 
Paolo Isotta, « Il Corriere della Sera », 31 marzo 2002

“Simon Boccanegra”- Teatro Real – Madrid. “No ha sido un profesional de la paleta y sí un profundo conocedor del teatro quien ha dirigido escénicamente “Simon Boccanegra” en la nueva producción con la que el Real de Madrid ha abierto su temporada. 
Alberto González Lapuente, “ABC”

“Les Contes d’Hoffmann”- Sevilla. « Gran noche de ópera. Fue una noche de ópera extraordinaria… una de las mejores de la ultima decada en Sevilla. Gian-Carlo del Monaco potenció desde la escena los valores especiales y simbolistas, el clima de desolación y, sobre todo, la continuidad en la simetrias o en la utilización del color, las puertas abiertas a una luz
inquietante, o las sillas u objetos que llamaban a la fantasia desde la cotidianidad »
J. A. Vela de Campo, « El País »

“Andrea Chénier”.« Giancarlo del Monaco revalida en Sevilla el triunfo demostrando por qué es considerado hoy uno de los mayoresdirectores escénicos en el mundo de la lírica ».
Andrés Moreno Mengibar, « Diario de Sevilla »

« Es una dirección escénica genial, inteligente, plena de fuerza dramàtica, àgil e imaginativa en ritmo y movimiento escécinco de solistas y conjuntos : muy moderna de concepción, nada convencional, pero, sin embargo, fielmente respetuosa con el trasfondo histórico y emocional del drama. »
Ramon Maria Serrera, “Critica de Opera”

“Il Trittico”- Nice. « Un fantastique « Il Trittico » à l’Opéra de Nice. Enthousiasme et émotion. Del Monaco a été aussi brillant dans le tragique que dans la truculence. » André Peyrègne, “Nice-Matin”

“Otello” – Montpellier. “… ce décor fin du monde que Giancarlo del Monaco – oui, le fils de son père – excelle à installer autour des plus tragiques Verdi. On l’avait déjà dit à propos de son « Macbeth », il faut le redire avec cet « Otello » : peu de metteurs en scène ont à ce point le sens du tableau et des éclairages. Peu réussissent à subjuguer avec un seul projecteur éclairant une moitié de visage – le Credo chanté par Iago dans une lumière d’apocalypse – et, pour tout décor, une plaque de basalte dégringolant sur la tête des musiciens. »
J. Vilaceque, “Midi-Libre”

“Madama Butterfly” – Nice. « Non è una novità che i palcoscenici dei più importanti teatri italiani offrano poche possibilità per far ammirare la spicchata sensibilità artistica con cui il figlio del celebre tenore scomparso si dedica alla regia. Ma all’estero, sopratutto al metropolitan di New York, le sue regie sono assai apprezzate e a Nizza, dove Gian-Carlo del Monaco è direttore generale dell’Opera, negli ultimi due anni si è avuto modo di ammirare alcuni allestimenti da lui firmati di notevole valore. … Applausi vibranti per un altro titolo di una stagione lirica che a Nizza staregistrando un crescendo di successi. »
Alessandro Mormile, “L’Opera”, February 2000

La Bohème” “El director Giancarlo del Monaco realiza en el Real una versión innovadora y monumental de La Bohème.”
Natalia Lago – El Mundo

« Del Monaco aprovechó todos los espacios con inteligencia, definitó y motió a los actores con un realismo y cuidado del detalle propio de un auténtico animal de teatro. » Fernando Fraga, “Scherzo”